LA REVOLUCIÓN DE LA IMPRESIÓN EN 3D
Cuando Charles W. Hull, más conocido como Chuck Hull, fabricó la primera pieza con impresión 3D en 1983, no imaginaba ni por asomo a dónde podría llegar su invención. Unos 30 años después, los expertos afirman que la impresión en 3D impulsará la próxima revolución industrial, transformando por completo el proceso de fabricación y construcción de prácticamente todo lo que nos rodea.
Comienzos y evolución de la impresión en 3D
Hull, considerado como el padre de la impresión 3D, trabajaba por aquel entonces en una empresa que utilizaba la luz ultravioleta para aplicar unas finas capas de resina sobre mesas y muebles. Fue entonces cuando se le ocurrió que poniendo múltiples capas, unas sobre otras, de un fotopolímero líquido que se convierte en sólido al contacto con la luz y aplicándoles luz ultravioleta para darles forma, podría construir un objeto en 3D. Este nuevo método de fabricación, que Hull denominó estereolitografía, ha derivado en lo que hoy en día se conoce como la fabricación aditiva o impresión 3D.
La técnica, que permite crear un objeto tridimensional sólido a partir de un modelo digital, se introdujo rápidamente en la industria del automóvil y la aeroespacial. Empresas como General Motors o Mercedes-Benz la utilizaron para la fabricación de prototipos.Y pronto se introdujo también en la fabricación de material quirúrgico.
Con el paso de los años, la técnica ha ido evolucionado a pasos agigantados, permitiendo la impresión de prácticamente cualquier cosa, desde implantes dentales a gafas, ropa o calzado e, incluso,casas En general, el precio de las impresoras ha bajado considerablemente y se prevé que seguirá bajando, se han desarrollado modelos más pequeños de impresoras para el hogar y los modelos actuales son capaces de imprimir en múltiples materiales, desde plásticos a acero inoxidable o titanio. ¡Hasta en chocolate y caramelo.
Según Avi Reichental, pronto todos podremos tener una impresora 3D en nuestra casa y fabricarnos nuestro propio calzado o ropa personalizados y a medida. De hecho, será habitual que conozcamos las medidas de cada parte de nuestro cuerpo, al igual que ahora conocemos nuestro número de calzado.
“En el futuro, en vez de tener almacenes y sistemas complejos de distribución, habrá bibliotecas digitales y la gente podrá buscar en la pantalla lo que les gusta, seleccionarlo e imprimirlo”, añadió. “La impresión 3D acabará formando parte de nuestro estilo de vida”.
Según Reichental, en unos 10 años seremos capaces de imprimir no sólo huesos de reemplazo, sino también órganos completamente funcionales.
BIOIMPRESION: Son impresoras biológicas que en vez de tener cartuchos con tinta tienen unos cartuchos especiales con células vivas, en china esto ya fue posible cuando en una universidad se imprimio un riñon.